Saturday, March 26, 2011

I+D pero no I+D+i: el papel de la "nueva" Política Industrial


Dado que todos entendemos la importancia de la inversión en investigación y desarrollo no me centrare en esa cuestión, me centrare en el siguiente nivel. Si bien el primer paso es invertir una cantidad adecuada en I+D para fomentar el desarrollo económico, también es importante asegurarse de alguna forma que esos recursos invertidos y que con toda seguridad dan algún tipo de resultado (desarrollo) se conviertan en innovaciones viables en el mercado y que aporten algo a la sociedad. Aunque no puedo ser inflexible en este tema, es verdad que es difícil justificar cualquier tipo de gasto que no tiene posibilidades de conducir a un nuevo producto, patente, sistema, etc. del cual se esperen resultados positivos. Estoy hablando de hacer que la i minúscula del I+D+i sea una realidad. Por desgracia se puede esperar que incluso invirtiendo mucho en investigación y desarrollo  la innovación deje mucho que desear (y con bajos niveles de inversión no cabe esperar nada en absoluto). 

Esto nos lleva a aquella nueva renovada idea de la política industrial. En esta época de postcrisis, que no es sinónimo de haber dejado la crisis atrás, parece que la política industrial está legitimada para actuar y los gobiernos obligados a desarrollar mejores herramientas. Ahora ningún país parece dispuesto a olvidar que el modelo "intervencionista" de desarrollo de China está teniendo éxito y ha sabido aprovechar al máximo los beneficios de la globalización, y por lo tanto que hay que seguir de alguna forma este modelo adaptado a cada economía (si se quiere se puede tomar como ejemplo la estrategia 2020 de la UE o la política de energía verde de EE.UU. Es verdad que hay que guardar las distancias con el modelo Chino siendo conscientes de las diferencias (instituciones, recursos naturales y ambientes empresariales) y también es verdad que los riesgos de la política industrial continúan siendo los mismos: errores en el diseño de la misma al elegir a que industrias o sectores se apoya o que mecanismos se utilizan, o presiones de grupos de interés que conduzcan a favoritismos, ineficiencias y desaprovechamiento de las inversiones. Pero ahora la política industria "no va" de proteger industrias de la competencia internacional, sino de integrar esos sectores en las cadenas de valor globales sin chocar con compromisos y obligaciones internacionales como los de la OMC. Pero esto no es más que un estudio a fondo de cómo construir la política industrial, no la negación de la necesidad de crear estrategias de crecimiento que usen instrumentos fiscales, financieros y de regulación. Por lo tanto habrá que elegir bien  los sectores que se van a apoyar (evidentemente no estamos hablando del carbón en España, y quizás tampoco de la agricultura) en base al impacto en el empleo y el valor agregado (que no tienen que ser los sectores exportadores necesariamente), y retirar los apoyos reconociendo el error cuando no se obtengan resultados antes de consolidar sectores demasiado "caros". 

Como hay que empezar por alguna parte, en el caso de España la tare consistirá primero en crear empresas eliminar trabas burocráticas a la creación de estas, no olvidemos la continua creación de empresas que aunque luego pueden morir supone la base para las verdaderas innovaciones, aumentar los niveles de inversión en I+D y crear los mecanismos de cooperación y transferencia de tecnología y conocimientos necesarios para convertir la inversión en I+D en inversión en I+D+i. Con toda seguridad que es cuestión de eficiencia del gasto y coste de oportunidad.

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